sábado, 5 de mayo de 2012

¿Me escuchas?

Te mostré nuestro vecindario, mis bares, mi escuela. Te presenté a mis amigos, a mis padres. Escuché tus textos, tus canciones, tus esperanzas, tus deseos, tu música, tu escuchaste la mía. Mi italiano, mi alemán y un poco de ruso. Te dí un walkman. Tú me diste una almohada. Y un día, me besaste. Pasó el tiempo, voló el tiempo. Y todo parecía muy sencillo, simple, libre... Nuevo, único. Fuimos al cine, fuimos a bailar, fuimos de compras. Nos reímos, lloraste. Nadamos, fumamos, nos afeitamos. De vez en vez gritabas sin motivo alguno, o con motivo. Sí, en ocasiones con motivos. Te traje a la academia, estudié para mis exámenes, escuché tus canciones, tus esperanzas, tus deseos, tu música. Tu escuchaste la mia. Estábamos tan cerca, tan cerca. Tan cerca. Fuimos al cine, nadamos, reímos. Gritaste en ocasiones con motivo, y en ocasiones sin el. Pasó el tiempo, voló el tiempo. Te traje a la academia, estudié para mis exámenes. Escuchaste mi alemán, italiano, ruso, francés. Estudié para mis exámenes. Gritaste. En ocasiones con motivo. Pasó el tiempo sin motivo, gritaste sin motivo. Estudié par mis exámenes. Paso el tiempo. Gritaste, gritaste, gritaste. Fui al cine, 

¿me escuchas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario