viernes, 9 de agosto de 2013

Ajá

La alegría es algo espiritual. Es algo distinto, completamente distinto del placer y de la felicidad. No tiene nada que ver con lo externo, con el otro; es un fenómeno completamente interno.
La alegría no depende de las circunstancias; es algo tuyo. No es una excitación producida por las cosas; se trata de un estado de paz, de silencio un estado meditativo.
La búsqueda de la alegría y la felicidad es una constante en la vida del ser humano. ¿De donde surge?, ¿como se conserva?, ¿como se comparte?.
Para OSHO, la alegría es la dimensión espiritual de la vida y solo a través de ella podremos dar con nuestro valor inherente, y hallar nuestro lugar en el universo. Una vez que entonces entramos en contacto con la autentica fuente de la alegría, los problemas que surgen a su alrededor, los cómos y los cuándos, Desaparecen.
En el lugar de la mujer, ella debería buscar en su propia alma su propio potencial y desarrollarlo, y tendrá un hermoso futuro. El hombre y la mujer no son ni iguales, ni desiguales, son seres únicos.
Y el encuentro de dos seres únicos trae algo milagroso a la existencia, sobre todo cuando es a través de la meditación.
La meditación nos vuelve ricos en un sentido absoluto al darnos el mundo de nuestro ser mas interno. También nos vuelve ricos en un sentido relativo, porque libera nuestros poderes mentales en los talentos que tenemos. El zen es pasivo. Por eso, en el zen sentarse se convierte en una de las meditaciones mas importantes. Solo sentarse... zazen. La gente ZEN dice que si simplemente te sientas, sin hacer nada, empiezan a suceder cosas. Y cada uno tiene algo de ZEN en su ser, pero hay que dejarlo emanar, fluir, para que nos encontremos con nosotros mismos con la alegría autentica y de este modo ceder el paso a ese momento de conexión con ese otro yo, tú y yo...


Algo de las enseñanzas de OSHO. 

Tina.

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