La pistola de plástico

Iba caminando tranquilamente por la callecita de "Bouteilles de cruaté" cuando sentí los gritos desgarradores de una mujer, la voz era igual a la mía, me detuve espantada y me acerque al ventanal que me entregaba tan execrables sonidos, cuando estaba frente al espectáculo, estaba yo y un bebe, era mi hijo y me estaba apuntando con una pistola. Yo estaba enfrente de mi, viendo como me compadecía de ese engendro, no lo podía creer, si esa guagua era solo una mancha en el mundo y yo le tenia miedo, me apuntaba con su mirada inocente,parece que era primeriza en el ámbito maternal, porque miraba el acto de violencia, como una gracia de mi primogénito, como un talento adorable de mi pequeño, y yo como estúpida afuera me transformaba en una seguidora de esa especie de marciano que me atormentaba. 

Cuando mi yo de adentro, y mi hijo nos dimos cuenta de que yo los miraba, a través de esa fusión en vidrio, el bebe comenzó a llorar, le prestó, o mejor dicho, me presto su arma, yo la tome y la recargue de pólvora de ese polvo que explota a personas, como alentando el acto, se la entregue y le di un besito, él la tomo, comenzó a beber y continuo gateando....

El bebe era inocente y participaba de su juego. La sangre llego a mi cerebro y continué caminado, me percate de que todo lo anormal estaba dentro de lo normal.

ATTE: Valentina Parada Díaz.